El encontrarnos con nosotros mismos. Encontrarnos con el ser que existe más allá del mundo físico que parecemos habitar. Indagar y examinar hacia el interior, un viaje hacia el conocernos, ese conocernos tan desconocido, tan temido, pero una vez experimentado, ya nunca más podemos abandonarlo. Es un período que transitamos, nos descubrimos, nos despojamos de aquello que creemos existe, y nos encontramos con lo que verdaderamente existe.
Eso experimentado es un vestigio ínfimo de aquello que verdaderamente somos, pero de ese vestigio nace la gran búsqueda, desde ese momento sólo buscaremos Ser quienes somos, eternamente.

lunes, 7 de febrero de 2011

Sin fronteras


Creí que hubo un antes, un antes donde hubiera parecido como si me hubiera encontrado soñando, soñando una vida donde era un cuerpo, con nombre, y demás aparentes posesiones. En ese sueño todo era caos, que si bien por momentos creía encontrar huecos de tranquilidad, sólo formaba parte de la misma dualidad caos-paz. Esa dualidad aparecía por doquier, en todas las situaciones en que me encontraba, una anulando a la otra. Pareciera que fuéramos muchas personas, con relaciones distintas, pero en ellas siempre encontraba amor-odio, ya que por momentos nos amábamos, y cuando parecía pasar algo, nos odiábamos. Por otros momentos encontrábamos circunstancias para adularnos, y en otros, para denigrarnos y reclamarnos. Era como si fuese un círculo vicioso que nunca acabaría. Pues en algunas situaciones proyectaba mi culpa inconsciente en el afuera, culpando y castigando a los demás de lo que sucedía, tanto a mi como al supuesto mundo que percibía; y por otros momentos solía depositar aquella culpa inconsciente en mi misma, castigándome por lo mismo que culpaba y castigaba a los demás. Claramente era un círculo vicioso, sin principio ni fin, porque siempre se alimentaba y se seguían acumulando culpas, odio, resentimientos, siempre renovados, pero en fin, siempre eran los mismos.
Esta culpabilidad que parecemos experimentar todos, en realidad tiene que ver con algo mucho más grande de lo que creemos. Esa culpabilidad inconsciente que pareciera arrazar con nosotros, que pareciera que no podemos controlarla (pues parece que juzgamos el 99.9 % del supuesto tiempo que experimentamos), tiene origen en la supuesta separación. Sí, como podemos observar, creemos que somos individuos, separados, con aparente identidad induvidual, separados por casas, ciudades, provincias, etc. Y así es como creemos vivir, separados...
Esa separación no es más que un mero sueño, esa separación en realidad no existe y tampoco nunca existió. Fue sólo un pensamiento, que derivó simultáneamente en todo lo que percibimos como "mundo o universo". Sí, imaginemos que todo lo que creemos que existe en realidad no es cierto, y sólo estamos soñando el caos...
Aún así, podemos tomar las riendas de este sueño, y empezar a sorprenderlo... En lugar de juzgar a nuestros hermanos cuando hacen algo que molesta, los miramos con amor y los liberamos de cualquier juicio, pues así estamos liberándonos a nosotros mismos, y estamos negando el sueño, dándonos cuenta de que estamos soñando y que esto nunca pasó. Así mismo podemos hacerlo cuando nos enojamos y nos culpamos a nosotros mismo: nos perdonamos, nos miramos con amor, y nos liberamos. De esta manera estás negando así tu propio sueño (pues cada uno cree soñar el suyo propio) y también dejando de darle credibilidad. De tal modo comenzamos  a dudar de aquello que creíamos real (el sueño), aquello a lo que solías creer era la verdad. Es entonces cuando empezamos a percibir algo distinto, a experimentar ráfagas de libertad. Es allí cuando comenzamos a despertar, encontrándonos con todo lo opuesto a ello, y eso opuesto es la Verdad. Pues, en la verdad no hay fronteras... todo es infinito, Real, ilimitado.... Mire donde mire no hay límites, sólo hay unidad... Todo Es. En esta dimensión nunca estoy solo, pues me he reencontrado con mi origen, y mi verdad, que es Dios. Allí todos somos Uno, no hay seres separados, porque allí todos somos un mismo Ser inexorable. 
Un día todos despertaremos del sueño que aparentemente estamos soñando, y allí nos encontraremos con nuestro verdadero Ser, con la única identidad que tenemos; pues si bien la hemos olvidado, estamos aquí para recordar quiénes somos verdaderamente y qué camino debemos elegir para volver a casa. 

viernes, 4 de febrero de 2011

Las diferencias que en realidad no existen


¿Ves diferencias en la imagen? A mi realmente me cuesta verlas... Sí, está bien, es cierto que hay zonas más turbulentas que otras, y eso me recuerda a las "crisis" de fe, esas crisis que nos tambalean y nos hacen preguntarnos qué es lo que realmente queremos, qué estamos haciendo, qué es lo que elegimos... 
Volvamos a tomar la imagen, y, por un momento, imaginemos que allí hay una totalidad, un único ser. El área en movimiento pareciera tener autonomía, identidad, e incluso podríamos pensar y adjudicarle que es algo que se impone a la totalidad, a ese ser único. Ese área, que parece energía, movimiento, podemos ponerla en paralelo con una persona. Una persona, que es una "totalidad", muchas veces cree que en realidad, cuando cosas feas, tristes, desagradables, o simplemente la carga y las molestias de la cotidianidad "le suceden". Cree, incluso, que no puede hacer nada a aquello que "le pasa". Es algo que se impone y sobrepasa sus posibilidades de detenerse y analizar ¿qué es esto? ¿por qué lo elijo? ¿sé por qué me pasa en realidad? Y claro, cuando esto sucede, cuando uno pausa el tiempo, y se detiene, y analiza, y explora, y conoce, se encuentra rodeado, atravesado y unido a todo su ser....

                                                                                             
Esa unidad que percibe por un sólo segundo, que de hecho se pasó como ráfaga de viento en verano, ese sentimiento de no estar solo es lo único a lo que quiere volver. Esa unidad, se siente eterna, infinita, como esta segunda imagen que cuenta la historia. Esa unidad es lo que en verdad somos. Ni siquiera individuos separados, con diferentes sentimientos, ni colores, ni olores, nada. Somos Uno. Somos todo, en unidad y sin matices, sin nada. Simplemente Somos. No hay turbulencia separada, porque en realidad esa turbulencia es parte de la unidad. Esa turbulencia se unifica a la totalidad y se encuentra con la paz completa y total, abarcadora.
Esa unidad somos vos, yo, y todos. Creemos que estamos separados por cuerpos, por ideas, creencias, y demases... Y en realidad estamos unidos por siempre, sólo que de a poco algunos vamos despertando, y empezamos a ver con otros ojos, a ver que no hay límites que nos separen, porque Somos Uno. Y cuando todos vayamos despertando dulcemente, vamos a experimentar lo inexplicable, en éxtasis, de amor y paz. Esa experiencia ya está en vos, en mi y en todos, simplemente hay que elegirla. Elegir el amor es un asunto de voluntad, de extrema voluntad, de deseo real. Es vivir eligiendo recordar quiénes somos, pues, Somo Uno.

viernes, 28 de enero de 2011

Recordar...


Por momentos recuerdo, y por momentos olvido... En ese olvido, en la oscuridad entre los árboles, encuentro el miedo, la desesperanza, el egoísmo, el odio, y lo más horrible que una mente pueda creer pensar. En esos momentos de olvido me pasan muchas cosas: discuto conmigo misma acerca de si tengo razones o no respecto a tal o cual cosa, por ende... JUZGO erróneamente y renuevo el circuito de culpa inconsciente que aparentemente hay en mi mente. También, entre otras cosas, pareciera que encuentro buenos motivos para depositar afuera esa culpa inconsciente: hay un otro, quien quiera que en ese momento se nos cruce, o tal vez una situación, que nos exige algo, que nos reclama algo, y creemos estallar en rechazo, en odio, en miedos. ¿Y qué hacemos? Sin ser novedad, JUZGAMOS erróneamente, porque simplemente juzgamos. Seguimos creyendo que existe algo allí afuera, que algo externo a nosotros puede hacernos daño, y como creemos que eso es posible, y la sensación que experimentamos es el ataque, lo que buscamos es matarlo. Si, señores, matarlo. No es un matar físico literal (y si nos tomamos un minuto para examinarlo vemos que aquellos lunáticos que sí matan literalmente, son iguales a quienes matamos con pensamiento, pero la diferencia está en la forma: ellos concretan el pensamiento en acto), pero en la mente creemos que estamos haciéndolo, realmente lo deseamos, y de ello deviene la culpa, esta culpa inconsciente de la que hablo que es el arma mortal de todos y cada uno de los que creemos habitar el mundo, en menor o mayor medida, pero la misma para todos en fin. Entonces claro, al reflexionar sobre esto, pienso y creo estar perdida...




¡Pero! (¡qué bueno que existe un "pero" en esta parte!) Afortunadamente podemos RECORDAR y ELEGIR. Tenemos el poder de DECIDIR qué queremos percibir, y en función de lo que percibimos, vivimos. Sí, esto quiere decir que en un momento, cuando caminaba por el bosque, rodeada de árboles y obscuridad, me encontré en un punto donde podía ver asomar el sol, y qué casualidad, entonces me di cuenta de que en realidad mi mente tiene el poder de elegir percibir de una manera o de otra, mi mente tiene el poder de juzgar que hay un afuera responsable/culpable de lo que me sucede, o puede optar por pensar que en realidad no hay culpables, ni afuera ni adentro, porque en realidad no hay nada que juzgar. Mi mente tiene el poder de elegir ver que todo y todos somos UNO, que cuando juzgo algo exterior a mi, es a mi mismo a quien estoy juzgando. Y fue entonces, como ya aclaré, casualmente, que vi la luz radiante en el cielo, esos destellos de luz, de vida y amor... Un amor tan hermoso que no me permitía otra cosa que pensar amor, y nada más. Allí entonces fue cuando recordé quién Soy. Me mantuve allí pensándolo, y recibiendo pensamientos de amor de algún lugar de mi mente que hasta ese momento desconocía. Un amor que no se parecía a ningún amor que antes haya experimentado, y el único pensamiento en aquel momento era el deseo de permanecer en aquel estado por siempre, eternamente. Esos pensamientos eran lo que verdaderamente soy: Amor.
Esos instantes cambiaron mi vida, cambiaron mi manera de percibir al mundo y a mi misma, y después de ese momento de luz, cuando retomé el camino hacia casa, en verdad sentí que estaba eligiendo volver a casa, al centro de ese AMOR, de la mano de esa luz y aquellos pensamientos, que si bien no puedo recordarlos, llegaron de alguna parte de mi para instalarse y nunca más irse, para pasar a ser mi forma de Ser, liberándome de culpas y castigos, odios y reconres. Es cuando también recordé que en realidad esto nunca había pasado,  lo negué y solté. Y cada vez que se presentara una situación/oportunidad, en lugar de juzgar, recordaría...
Se preguntarán ¿qué pasó después? O tal vez no... pero después de esa experiencia, no sólo que no volví a ser la misma de antes, sino que frente cada cosa que parecía pasar por delante de mis ojos decía "sos amor, y sos uno conmigo"... Allí la única posibilidad que queda, y la única que elijo es AMAR.

miércoles, 26 de enero de 2011

Encuentro...



Camino, recorro, exploro y encuentro un lugar donde sentarme. Admiro la grandeza de la naturaleza, me deja pasmado, atónito, sin palabras. Al mismo tiempo me detengo en ese silencio en mi mente, y pienso: "Esta paz que me transmite la grandeza, ¿qué es?" Una vez allí, en paz mental, se me ocurre que en realidad todo lo que tenemos alrededor es un paisaje, un dibujo, una pintura, sólo un adorno; claro que adornos que nos mueven y conmueven, pero adornos al fin. En realidad, esa paz que experimento tiene que ver con algo más, algo que me conecta con un lugar donde no hay formas, ni paisajes, ni caras, ni lagos, ni nada. Simplemente soy. Me siento unido a todos mis hermanos, sin dejar a nadie fuera. Es como si fuéramos todos uno. ¡Qué real se siente!
Es cierto, tal como se experimenta esa paz, podemos experimentar muchas cosas más, pero está claro que todo está en la mente, todo está allí... cada sentimiento, cada pensamiento. Cada cosa que juzgue es un producto de mi mente. Por ello, aquí sentado, entendiendo que mi mente produce cada cosa que veo, siento y pienso, es ella quien las juzga... entonces descubro que SOY LIBRE, porque puedo elegir cómo las juzgo. Y no es casual que haya llegado hasta aquí, a sentarme y compartirme con este paisaje, este adorno que mi mente creó, para darme cuenta que la paz está sólo en mi, y nada más que en mi. Sólo en mi es donde debo buscar, para volver a encontrarme, porque en realidad nunca me perdí.

sábado, 22 de enero de 2011

De amores...


A veces, hablan de amores... coquetean con la idea de hablar de amores... y hasta dicen que en películas hablan de amores... y saben de amores... amores perros.... Pues, en realidad, no saben, desconocen, no han tenido el deleite de ver y sentir, de sonreír y vivir ese amor... el amor fiel e incondicional, sabio y compañero. Ese amor entre dos o más, de compartir, cuantos más mejor, ese amor que nunca se va....


"Son aquellas pequeñas cosas, que nos dejó un tiempo de rosas, en un rincón, en un papel o en un cajón." (J. M. Serrat)


A la rubia y al rubio....

viernes, 21 de enero de 2011

La historia del pajarito que observó...

                                        
Y aquí estoy... observando... y empiezo a pensar que hay algo más allá de mi y de mi alrededor más inmediato... Debe haber algo más que lo que veo, o creo ver.... Quiero encontrar otra manera de ver las cosas...



Entonces vuelo hacia un arbolito que me permite tener otra perspectiva, muy distinta a la que recién habité, y sigo explorando, descubriendo nuevas formas de ver... mientras veo otros como yo que siguen viendo como siempre lo han hecho, pero yo quiero ver las cosas de otra manera....


Y sigo observando... pero esta vez, me decepciono... sólo veo dolor en mis compañeros, dolor en su canto, odio también, sólo por momentos creen encontrar felicidad... pero siempre todo ello está afuera... en el canto ajeno que incomoda, en el cambio de rumbo que se marca y disgusta o frustra, en la rivalidad entre razas distintas... pero es entonces... entonces me doy cuenta! es un instante...! y decido mirar hacia mi interior, para ver qué pasa... siguiendo esa perspectiva tan diferente que encontré buscando ver algo distinto... y al mirar hacia adentro....


Decido volar.... pero no es el mismo despegar de siempre... es un volar hacia el interior, hacia aquello que nunca había visto ni sentido antes... dejé de mirar hacia afuera... ni siquiera puedo cantar de tanta felicidad! qué experiencia estoy teniendo! qué paz interior estoy experimentando! cuánto amor hay en mi que nunca había conocido! esto debe ser... si, esto... esto que estoy sintiendo debe ser aquello verdadero de lo que el viento me cantó al oído... esa voz que no sabía qué era... ahora entiendo...!!!  esta experiencia no es de este mundo...  estoy despertando! y es por eso que despego, y me voy a volar... me voy a volar hacia mi interior.... a encontrarme con esa voz....